Mis tres(resumidos) deseos y algún que otro sueño

IV Edición del Carnaval Educando en Familia

Aquella noche me quedé, pececillo, sin pedirte nada. Es tan difícil no equivocarse y poner la lista de prioridades bien clara. La lista se hacía muy larga, el problema es que tiendo a conceder los deseos a mi hijo, por tanto sus prioridades están siempre por delante y no, esta vez, cada uno a su pez: yo en silencio de la noche intento por mi misma y si presiones morales ordenar esa lista interminable de manera que:
Primero descarto todo lo que sea general (como los deseos profundos de todo ser humano de salud, amor, paz… todo lo que es tan escaso y sin embargo ninguna fortuna del mundo puede comprar) y me centro en lo relacionado directamente con la educación en familia.
Luego descarto todo lo que depende de mí: lo que puedo lograr por mi misma con algún esfuerzo pero sin problemas como:

• tener siempre claro el porqué de todo eso,
• sentirme segura en lo que hago, no temer a equivocarse, o mejor: entender que equivocarse puede ser una parte muy valiosa de este proceso,
• buscar tiempo para mis cosas, para escribir, pintar, actuar, cantar…
• fuerza para seguir adelante aunque nadie de mi entorno lo comprenda,
• aprender a escuchar, observar y hacerse caso aunque parezca locura al cuadrado,
• mantenerse firme a pesar de los ataques de la gente de otras ideas, que desprecia las nuestras etc etc etc.

No, mi pececillo, necesito pedirte cosas concretas que me ayudarían a corto plazo mejorar nuestra situación de educar sin delegar y harían que desaparecieran las preocupaciones más inmediatas así que…

Mis tres deseos…..

Un poco más de DINERO. (Podría venir en forma de un tesoro preferiblemente, pero también nos conformaríamos con una mejora salarial o un trabajo bien pagado que compartieramos entre los dos). DINERO. DINERO. No da felicidad, pero facilita mucho la vida.
Sí, el mismo don dinero, el mismo. Ese solo, me solucionaría bastantes puntos de la lista:

• viajes que vamos aplazando ya demasiado tiempo,
• material de estudio con unos precios que nos superan,
• poder invitar a la familia de Polonia de vez en cuando, pasar más tiempo con mi madre y la abuela de Axel (porque creo que la familia es muy importante en la vida de un niño y no es justo pasarse media vida sin verla).
• Una casa más grande que atraería más fácilmente a los amigos que tenemos repartidos por el mundo y a cualquier familia que quisiera compartir unos días con nosotros.
• Necesitamos ante todo un terreno alejado del ruido con una casa en ruinas, para que Axel con Osito pongan en marcha su plan de ingeniería-albañería y arquitectura,
  
• un terreno que, además, debe llevar años sin ser cultivado para poder estar seguro que la tierra no está contaminada.
• El dinero me permitiría tener la tranquilidad de no pensar en tener que volver a trabajar cada vez que se estropea el coche o hay un gasto extra,
• solucionaría también los horarios de trabajo incompatibles con la vida familiar y permitiría a papá estar más tiempo con su hijo, cosa que tanto le gusta y le hace feliz a los dos.
• También nos permitiría no pensar en emigrar de nuevo.
• Y si fuera suficiente dinero podríamos volver a pensar en la nueva maternidad y tal vez en llenar la casa de niños, aunque fuera por métodos más rápidos.

Así que lo pongo en primer lugar, así son las matemáticas. No olvidemos que vivimos en España y en España los sueldos no tienen ningún punto de comparación con otros países europeos, donde aparte de ganar mucho más disfrutan de un salario invisible, “salario social” en forma de servicios gratuitos o subvencionados de todo tipo.


En el segundo lugar está buscarle a Axel más amigos que se entiendan bien con él. AMIGOS DE VERDAD. El lo necesita con urgencia, pero cerca, cerca, muy cerca y que sean de carne y hueso. Me da mucha tristeza ver como se relacionan aquí los niños y de verdad nos cuesta mucho encontrarle amistades que se merece. Me duele ver que lo da todo y recibe muy poco a cambio (hablando en términos emocionales, por supuesto). Lo pongo como un deseo pues parece que por mi cuenta no ha funcionado demasiado. A lo mejor sólo me puedes soplar pececillo donde y como buscar, porque deben estar en alguna parte. Si los hay lejos debe haberlos cerca también, ¿no?

Y mi tercer deseo sería que cambiaran a todos en el MEC y pusieran gente competente que ha leído algo sobre la pedagogía y el cerebro humano para que reconocieran por fin que no se puede seguir enseñando como se enseña y como consecuencia cambiaran esa ley orgánica (como todo lo orgánico se pudre muy rápido) por algo científicamente estudiado y bien redactado donde se promoviera todas las formas de apertura educativa y se reconociera de una vez el derecho de los niños a escoger su propia vida, su propio camino, su propio aprendizaje en función de sus reales necesidades. Y que nunca más se utilizara las leyes contra los intereses de los niños.
Así que: reconocimiento explícito de nuestra opción y de todas las que nos acompañan en esta lucha. Una verdadera libertad educativa.
Porque sinceramente a mí no me preocupa que mis vecinos o algunos familiares no lo entiendan, a mí lo que me importa es pasarme un año de gastos y angustias para finalmente obtener (¡evidentemente!) un papel que confirme que no es ningún delito ni abandono ni nada que se le parezca. Y encima nadie te devuelve el dinero ni se disculpa siquiera.

Y creo que con eso ya tendrás bastante aunque podría añadir

…….algún que otro sueño.

Un barquito de vela (420) para Angel
Un jardín verde con hamaca y flores para mí
Un viaje alrededor de la Tierra para Axel

Despertar de repente en un país que ha cambiado: Ya no hay políticos que ofrecen más guarderías, más horas de clase, más mano dura. Deciden que deben trabajar solo para que la gente sea feliz, viva mejor, sea más culta, que nadie pueda explotar al otro, aprovecharse de la necesidad de los demás, de su ignorancia o incultura para manipularlo. Utilizar todo el dinero público para ponerlo al servicio de los ciudadanos. Unos pueblos donde se reconoce las necesidades de los niños como la única ley sagrada, sin matices.
De repente solo se ven los niños felices, jugando, corriedo, riendo y las madres relajadas y los padres que no se quejan más porque el niño alborota, padres que ya no están huyendo de la vida dura, del trabajo interminable, del agobio.
Ya no hay calles llenas de coches, humos y peligros, los niños pueden salir de su casa con la bici o una patineta, las ciudades han cambiado y están llenas de arboles en los que pone con letras grandes: Súbanse por favor. Para todas las edades. Donde hay plazas sin cemento y cafés con comida sana, donde sentarse a descansar sin humo, sin móviles sonando y radiando, sin músicas con m pequeña.
Unas ciudades que tienen bibliotecas sin bibliotecarios, campos de fútbol sin entrenadores, ludotecas donde no hay ninguna señora que “enseña a jugar” y donde hay juguetes en préstamo para compartir. Ciudades donde hay personas dispuestas a pasar rato con otra persona que no conocen pero que desea poseer algún secreto que ellos puedan compartir como: coser, cocinar, trabajar la madera o pintar o hacer punto, o conocer las estrellas o bañar un perro o cortar el pelo, o pintar ideogramas chinos o hacer fotos de verdad o leer un cuento en checo o lo que sea. Todos tienen algo que compartir.

Sueño también cosas más locas, pero esas ya no creo que puedas hacerlas realidad…