Un día lo comenté en el blog de Paloma, eso fue hace tiempo ya.
La masa de sal todos los niños la hacen igual, pero ese es sólo el principio. Luego empieza el placer de moldearlo y transformarlo en lo que uno desea, lo que uno necesita en este momento. Por eso no vale decirles “hazme ahora eso o aquello”. Ellos tienen sus propias ideas, sus propios gustos. Y el gusto de Axel va desde hace tiempo derivado hacia la prehistoria.
Ya no sé donde y cuando vio las amonites por primera vez, pero desde entonces iban apareciendo en su vida a cada paso. En un documental, en una exposición de arte, en una noticia , en un libro que me había pedido en una de aquellas visitas al Museo de la Naturaleza y el Hombre. Los libros en las tiendas de los museos salen caro pero aquella vez tuve una corazonada y le compré este “capricho” ante la mirada sorprendida de la vendedora que intentó desviar su interés hacia los "libros para niños". Él parecía saber lo que compraba. Solo tenía 5 años y no sabía leer, pero escogió el mejor libro que allí había. Este libro le acompaña desde entonces en sus descubrimientos de las épocas pasadas y da la historia de la vida en la Tierra.
Con mi niño aprendí mucho. Yo le sirvo en sus búsquedas, en lo que él no es capaz de hacer por ahora sólo. Sé leer más rápido y entiendo más palabras que él, puedo explicarle algunas cosas, pero él me sirve también: clasifica mejor que yo, asocia los hechos de maravilla, ubica las cosas perfectamente en el tiempo y tiene una memoria envidiable. Varias veces ya tuve que darme cuenta que era él y no yo quien tenía razón cuando discutíamos algunos detalles. No recuerdo haber estudiado en el cole nada referente a aquellas épocas, salvo tal vez las glaciaciones y la aparición de los primeros neandertales. Fue con mi hijo cuando me di cuenta que hubo tantas épocas, tantas extinciones, que aún existen animales prehistóricos… Gracias a su curiosidad, su espíritu científico, su perseverancia, y su testarudez estamos aprendiendo ambos y ambos con placer.
En algún sitio leí algo así que nuestro ADN es el fósil más valioso que llevamos dentro y que no hay nada vivo que sea más antiguo, que cada criatura que vive hoy en día comparte, aunque sea una pequeñísima parte de él, con nosotros. Eso también lo descubrimos juntos. Me encanta educar(nos) en casa. Porque hasta los trabajos más sencillos de manualidades tienen su significado y contexto. El cráneo fósil sirvió para ser enterrado y desenterrado, (usar la cabeza y las herramientas) y eso sirvió para preparar un documental, y eso para aprender de música, de color, del estilo, de narración, de la división del tiempo. ¿Tiene algo que ver con lo que tendría que hacer en el cole en P5? Yo no dirigí nada, nada fue impuesto, nada fue exigido, nada hubo que empezar y terminar. No hubo notas, puntos rojos ni premios, no hubo valoraciones ni motivación alguna. Puro juego y placer. Algunas fotos de estos juegos aquí. Ahora estos fósiles están guardados en un armario especial, porque de vez en cuando montamos en casa un museo. Pero eso ya es otro tema.
2 comentarios:
En el cole imagino que tendría que hacer "cosas mucho más importantes y útiles" para ser algún día un hombre de provecho como por ejemplo: rellenar muchas fichas en las que hay que escribir repetidas veces las letras, los números, unir con flechas, colorear, poner la palabra que falta, rodear con un círculo, etc...Ya sabes...
Es impresionante lo que cuentas, las posibilidades que ofrece la educación en casa son ¿infinitas?
Estoy total y absolutamente de acuerdo con todo lo que mencionas...lo que yo aprendo con mis niños día a día es tanto... yo les sirvo como tu , les leo, les ayudo a buscar información, les acompaño en su búsqueda, pero desde luego yo no soy "la que se" y ellos los "que no saben", ja,ja,ja. Nada mas alejado de la realidad. Un beso.
Así es Paloma, cada día me sorprendo lo mucho que aprendo con este sistema de servicio mutuo. "El diario de actividades" sería una idea excelente... para mí. Para darse cuenta uno que aprendemos toda la vida.
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